EL FILTRO POLARIZADOR, ¿INDISPENSABLE?.

La fotografía se basa fundamentalmente en la luz, y entre las herramientas que podemos utilizar para “trabajar” la luz está el filtro polarizador. Este accesorio puede marcar la diferencia en la fotografía de paisaje (y en otras) al influir en la luz que entra en la cámara y reducir reflejos no deseados. En este artículo, exploraré qué es un filtro polarizador, cómo funciona, sus ventajas y desventajas. Sus efectos no son simulables mediante software, al menos no todos, lo cual lo hace ser plenamente vigente aún en esta época donde lo digital se “come” todo.
¿Como funciona?
En esencia, un filtro polarizador es una pieza de vidrio (con diferentes formatos como de rosca o montado en un portafiltros), que se monta frente al objetivo de una cámara. Su tarea principal es reducir o eliminar los reflejos y los destellos no deseados, al tiempo que mejora la saturación y el contraste de la imagen.
La magia detrás del filtro polarizador se encuentra en su capacidad para bloquear ciertos ángulos de luz. La luz reflejada en superficies no metálicas, como el agua o el vidrio, tiende a ser polarizada horizontalmente. Al girar el filtro, se puede ajustar el ángulo de polarización para bloquear esta luz no deseada, actúa alineando las ondas de luz en una sola dirección, reduciendo así los reflejos y aumentando la claridad de la imagen.

Ventajas del uso del filtro polarizador:
- Eliminación de Reflejos (de lo cual derivan directamente los siguientes puntos): Una de las ventajas más notables del filtro polarizador es su capacidad para eliminar los reflejos en superficies no metálicas. En una fotografía de un lago, por ejemplo, el filtro puede eliminar los molestos reflejos del sol en el agua.
- “Recuperación” de la Transparencia: Cuando fotografiamos ventanas, vitrinas o agua, el filtro polarizador puede hacer que logremos percibir la transparencia de estas superficies al eliminar los reflejos, permitiendo ver a través de ellas con mayor claridad. En ciertas ocasiones, esto es una potente herramienta creativa, ¿queremos que se vean las rocas bajo el agua o no?.
- Mejora del Contraste y la Saturación: Al reducir los reflejos, el filtro polarizador intensifica los colores de una imagen y mejora el contraste, haciendo que los cielos sean más azules y las nubes más definidas, dándole un aspecto muy particular. Esto es especialmente útil en fotografía de paisajes.
- Reducción de la bruma: En condiciones de luz intensa o en paisajes distantes, el filtro polarizador puede ayudar a reducir la neblina atmosférica, mejorando la nitidez y el aspecto general de la imagen.

Desventajas del uso del filtro polarizador:
- Pérdida de Luz: Uno de los inconvenientes más evidentes del filtro polarizador es que reduce la cantidad de luz que llega al sensor de la cámara. En condiciones de poca luz, esto puede requerir tiempos de exposición más largos o que abramos más diafragma, lo cual puede ser un problema si queremos congelar el movimiento (agua, vegetación…) o si queremos controlar la profundidad de campo de una forma determinada. Ojo, que esto, en ciertos casos puede ser beneficioso ayudándonos, por ejemplo, a conseguir efecto seda en un río.
- Efectos Irregulares en Cielos: Al utilizar el filtro polarizador en cielos, es importante tener en cuenta que su efecto puede no ser uniforme en todas las áreas del cielo. Puede generar gradientes en la tonalidad del azul, lo que puede dar lugar a resultados bastante indeseables y difícilmente corregibles en el revelado.
- Viñeteo: Con los filtros slim se controla esto bastante bien, pero según el grosor del filtro, si lo apilamos con otros o bien según cómo sea nuestro portafiltros (si es que estamos usando uno), unido a las características concretas del objetivo que estemos utilizando, se puede generar viñeteo (esquinas oscuras)
- Precio: Los filtros polarizadores de calidad son costosos y caer en adquirir uno barato suele conllevar el comprar más de una vez. Mi recomendación, a poco que puedas, es que vayas al menos a por uno de gama media.
- Manejo: Su manejo no es tan sencillo como se puede pensar, no es simplemente ponerlo delante del objetivo. Requiere cierta práctica para ajustar adecuadamente el ángulo de polarización y prestar atención (no siempre lo vamos a ver bien en la pantalla/visor) a si estamos polarizando allí donde queremos. Tener un cierto “background” de conocimiento es necesario: entender que no vamos a polarizar toda la escena, saber que la intensidad de la polarización varía según la posición respecto al punto de luz etc.). Al principio puede resultar un poco frustrante y se obtienen resultados que no se entienden muy bien.

Aplicaciones del filtro polarizador fuera de la fotografía de paisaje
Aunque esta es una página dedicada a la fotografía de paisaje, no voy a dejar de mencionar ciertas aplicaciones (seguro que hay más, sírvete de dejar un comentario al artículo) del filtro polarizador en otros tipos de fotografía.
- Fotografía de retrato: Se pueden intensificar los tonos de piel y reducir brillos indeseados.
- Fotografía de arquitectura: Eliminar o reducir los reflejos en los cristales y otras superficies de los edificios.
- Fotografía de calle: Lo mismo que en la anterior y además tomar fotos a través de ventanas o escaparates.
- Fotografía en acuarios: Aquí encontraremos cristales y agua, así que este filtro puede ser un buen compañero, aunque nos obligue a subir el iso.
- Fotografía en vitrinas: Museos, exposiciones y en general cualquier lugar donde queramos fotografiar algo que está tras un cristal. Una vez mas, nos obligará a subir el iso.
Irreplicable
Con la llegada de la fotografía digital, algunos (obviamente desde el desconocimiento) quisieron cuestionar la necesidad del filtro polarizador o pusieron sobre la mesa la posibilidad de replicar sus efectos mediante software, pero el resultado que provoca la polarización de la luz de camino al sensor de nuestra cámara no es replicable, al menos, no totalmente. Podemos trabajar hasta cierto punto el contraste y la saturación, pero no es lo mismo. El impacto de un filtro polarizador en nuestras fotos sigue siendo significativo. La capacidad de reducir reflejos en el momento de la captura y todo lo que viene asociado con ello hace de él, una herramienta valiosísima.

Conclusión
En resumen, el filtro polarizador es un aliado indispensable para los fotógrafos de paisaje que buscan “lo máximo” en sus imágenes. Aunque presenta desafíos, las ventajas superan con creces las desventajas cuando se utiliza con conocimiento y lejos de ser “solo” una herramienta técnica, es también una herramienta creativa. Al integrar el filtro polarizador de manera consciente en nuestro flujo de trabajo, podemos elevan nuestras fotos a nuevos niveles, aunque no… como tantas cosas, el polarizador no es mágico y no transformará fotografías malas en fotografías buenas.
Desde la eliminación de reflejos hasta la intensificación de colores, este filtro puede marcar una la diferencia en el impacto visual de las fotografías. Si haces paisaje y no tienes uno, considéralo como una adquisición prioritaria.